Visionado: ‘Seguridad no garantizada’, de Colin Trevorrow: ‘Singular viaje al más acá’

SEGURIDAD-NO-GARANTIZADA

tres estrellas

Seguridad no garantizada nos presenta a Jeff (Jake Johnson), un periodista en busca de una buena historia. Trabaja para una revista de ocio que busca nuevos temas rompedores, inéditos, de los que superan cualquier ficción. Jeff cree haber encontrado un filón periodístico en el extraño anuncio de un hombre que busca un compañero para viajar en el tiempo. Junto a dos becarios, la joven irónica Darius (Aubrey Plaza) y el tímido Arnau (Karan Soni), el periodista emprenderá la búsqueda del viajero del tiempo, Kenneth, (Mark Duplass) y su singular propuesta que vive en la misma población rural que su primer amor.

Y ahí comienza la estrambótica odisea que plantea Seguridad no garantizada. Una película refrescante, ingeniosa, de aquellas que siguen los cánones de originalidad de lo que, en tiempos, se conocía como cine indie (los productores lo fueron también de Pequeña Miss Sunshine).

La película parte con un planteamiento llamativo; el tratamiento del mismo tiene un punto de crudeza burlona que lo mejora y el desenlace es un afortunado despropósito que podrá gustar más o menos, pero no dejará indiferente a nadie. En la trastienda de esta singular odisea, se encuentra una vieja conocida del séptimo arte: la soledad de unos personajes que han evolucionado desde su propio aislamiento de manera singular. Unos personajes que intentan sobreponerse a la incomprensión de sus semejantes de la manera más sencilla, dándole la espalda a la realidad.

La película trata, en definitiva, de una misión que cualquiera querría emprender porque “tiene que ver con el arrepentimiento y con los errores”. Es una deliciosa manera de fantasear con esas  segundas oportunidades que, desde luego, son una ciencia ficción mucho más inaccesible que la que puede llegar a plantear un viaje en el tiempo. Un guion bien hilvanado y unos actores solventes que disfrutan con su trabajo componen la receta artesanal, sin grandes dispendios, con la que el debutante Colin Trevorrow se abre paso en la industria del cine (de hecho, dando saltos de gigante puesto que su siguiente encargo consistirá en resucitar la saga de Jurassic Park).

La película, sin embargo, tiene algunos baches argumentales, sobre todo, los que hacen referencia a los secundarios: el periodista que encabeza la investigación y el becario hindú. El reencuentro con el amor de juventud de Jeff lejos de resultar emocionante por los contrastes que podría llegar a ofrecer un viaje en el tiempo tan real, por momentos se tambalea y pierde pie. Y es que los secundarios son personajes que arrancan con fuerza en la película, pero poco a poco se van quedando en los huesos de su retrato. Algo completamente diferente a lo que ocurre con los dos protagonistas, Kenneth y Darius, una pareja que pone en escena una química amorosa inverosímil entre opuestos: un Quijote arrepentido y una Sancho Panza, de vuelta de todo, que se encuentran más cerca el uno del otro cuanto más lejos planean escapar.

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