Atado en corto: ‘Next Floor’ de Denis Villeneuve. ‘La decadencia es un banquete’

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¿A qué nos desafía esa mirada chulesca y penetrante con la que se inicia uno de los mejores cortometrajes de este siglo? Si sabemos sostenerla durante el suficiente tiempo, podremos comprobar una vez más el talento creciente y asombroso del cineasta canadiense Denis Villeneuve, a la hora de meternos en una historia de una patada en el trasero. Next Floor, rodado en 2008, cuenta en la actualidad con más de 60 premios tras pasar por unos 200 festivales, y narra la opulenta cena de once comensales que tendrán que enfrentarse con un astuto enemigo: la ley de la gravedad.

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De carácter expresionista, personajes grotescos y con una dirección de fotografía, obra del maestro Nicolas Bolduc, perturbadora en sus tintes gastronómicos, sus pocos más de cinco minutos navegan entre esa crítica a los excesos aparentes de la burguesía que ya inmortalizara Luis Buñuel, y un extraño componente de tensión y repugnancia. El banquete se perpetúa piso tras piso, bajo los escombros y el polvo, de manera histérica y casi cómica, símbolo de una decadencia que arrastra consigo cuanto se encuentra.

El cineasta, autor de los magníficos largometrajes Polytechnique, Incendies, Prisioneros y Enemy, es uno de los grandes talentos cinematográficos de las dos últimas décadas. Por aquí seguiremos sin perderle de vista, derrumbe tras derrumbe:

Visionado: ‘La gran belleza’, de Paolo Sorrentino. ‘La interminable decadencia’

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tres estrellas

Una interpretación musical sobre monumentos históricos, una fiesta vip de compases discotequeros, un perturbador montaje para mostrarnos un carrusel de personajes tambaleantes entre lo sofisticado y lo friqui, y un pasillo a lo cabaret para la presentación del protagonista principal, son el impresionante arranque de La gran belleza, la nueva niña bonita del cine italiano que se hizo con el Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa en la última edición de los Premios Oscar. Se trata de un prólogo con una fuerza visual muy conseguida y que no se acompleja en situarnos en el petardeo veraniego de las élites culturales de Roma, en un tiovivo grotesco donde todo es lo que parece y nada importa más allá del amanecer.

El gran Paolo Sorrentino echa mano de su facilidad para el pasacalles coral con este videoclip introductorio, que se interrumpe con la aplastadora presencia del gran rostro de la película: Jep Gambardella. El escritor de un solo libro, el relator “de pasos breves”, el periodista cínico y consciente de su propia mediocridad, el vividor de muertes ajenas, el espigón cultural de una época gloriosa que agoniza de puro aburrimiento, el hombre que roza ya la tercera edad con esa soberbia y chulería que solo legitiman la buena vida y las malas costumbres. Una interpretación deliciosa y bravucona del actor y cineasta Toni Servillo que se ha convertido en icono contemporáneo del nihilismo cultureta.

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