No dejamos de hacernos la misma pregunta desde que el desarrollo de las redes sociales, la realidad virtual, los videojuegos y los denominados ‘wearables’ (dispositivos adaptados al cuerpo humano más allá del smartphone) han ido transformado nuestras relaciones: ¿dónde está el límite? ¿hasta dónde podría llegar la especie humana una vez tragada por las nuevas tecnologías? ¿puede existir un control mental a través de la ingeniería online?
Sight es un cortometraje del productor y ahora cineasta israelí Eran May-raz que ofrece una respuesta tan inteligente como terrorífica a estas y otras muchas preguntas. Sigue la estela de la aclamada serie británica Black Mirror en el ensayo futurista de cuestiones como la realidad aumentada, en este caso mediante implantaciones en la retina humana que sustituyen cada objeto de la realidad y lo convierten en un videojuego, en una prueba, un reto.
Esta breve historia merece indudablemente un doble o triple visionado debido a la cantidad de detalles que se ofrecen simplemente con dos escenarios: la casa donde vive Patrick (Ori Golad) y el bar donde queda para su primera cita con Daphne (Deborah Aroshas). Nada es natural, espontáneo ni pasional. Todo está sujeto a los datos, a la vida en la retina, a la información instantánea, a los medidores de éxito y al control. Respuestas que llevan a más preguntas. ¿Sería posible un mundo así? Y la cuestión más importante, ¿habría alguna alternativa para quedarse al margen?