Visionado: ‘¡Ave, César!’, de Joel & Ethan Coen. ‘Nostalgia de un Hollywood surrealista’
¿Cómo se fabricaban los sueños en el Hollywood Dorado? ¿Qué había detrás de aquellas grandes superproducciones que, aún hoy, consiguen sacar al ciudadano medio del blanco y negro de sus vidas cotidianas para escapar en brazos de una saludable fantasía en tecnicolor? Los hermanos Coen nos embarcan en un viaje en el tiempo, con visión panorámica, para contárnoslo y para regresar a un territorio en el que “nunca hemos llegado a estar”, pero produce mucha nostalgia. La visión de la industria del cine de los años 50 se convierte, en ¡Ave, César! en un espectáculo lleno de ingenio bien afilado, de ironía y un sentido del humor singular, que no es para todo el mundo ni se deja ver todo el tiempo.
El filme se fija en Eddie Manix (Josh Brolin), un directivo de los grandes estudios que trabaja como “fixer”, un solucionador de problemas de una de las principales productoras de los años 50. En concreto, se ha especializado en cruzadas imposibles, como sacar a las estrellas de verdaderos apuros. Un buen día, desaparece el actor de moda que protagoniza una carísima superproducción bíblica. Se trata de un actor mujeriego y muy dado a las juergas (Baird Witlock / George Clooney) que ha caído en manos de una organización llamada El Futuro. Y comienza entonces la odisea y calvario particular de Mannix.