El gran Sidney Pollack inició las grandes aventuras sobre el sueño americano de los años 80 con esa inolvidable comedia llamada Tootsie. Como ya hiciera Billy Wilder en Con faldas y a lo loco, el travestismo se hizo necesario para perseguir el objetivo final, y con ello convirtió a Dustin Hoffman en todo un icono del cine.
Enamorado de su criatura, Pollack, fallecido hace ya cinco años, dejó que un día sus ojos le delataran, amando a la pudorosa y adorable Dorothy.