Nos mencionan un agujero negro y así, de entrada, no parece que vaya a traer nada bueno. Es inevitable asociarlo a las oscuridades astronómicas y a una especie de caída sin fin, propia de pesadillas. Bueno, pues no siempre es malo fiarse de las primeras impresiones, ni siquiera en la ficción. Así le hubiera ido a mejor al protagonista acólito y medio dormido de esta historia, quien haciendo fotocopias en una solitaria oficina, obtiene de la máquina un papel con un enorme agujero negro que hace maravillas. Como en los mejores sueños. Pero, ¿hacia dónde le lleva? ¿qué pasa cuando los deseos se cumplen?
Así es la tesis de este cortometraje de apenas tres minutos de duración, sacado de la factoría Diamond Dogs, marca de fábrica de la pareja británica de creativos publicitarios y televisivos Phil Sansom y Olly Williams, y que tuvo notable éxito de público en el Festival de Cannes de 2009. Lo rescatamos hoy para el disfrute de nuestros seguidores y con la certeza de que les hará pensar en aquello de controlar lo que uno quiere cuando tiene el poder de cambiar las cosas. Porque se puede volver en contra.
A mí me paso una vez algo parecido… pero con una grapadora, jeje. Me ha encantado, saludos
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Por dios, cuéntanos esa historia, pero ya!
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